Debemos ir a la raíz del problema, a las características con que la naturaleza dotó a nuestros perros, para luego considerar cómo podemos reducir su nivel de estrés.
En la naturaleza de los perros salvajes estaba el atravesar breves períodos de estrés cuando cazaban y largos períodos de reposo cuando comían y dormían. Se defendían cuando se sentían amenazados. Algunas razas, como los galgos, tienen reacciones impetuosas, pero todos los perros llevan en su instinto la caza como medio de supervivencia. Esto es fácil de olvidar, pero importante recordar.
El estrés puede ser una consecuencia del miedo, la excitación o la ansiedad. El estrés causa distintos efectos en el cuerpo de un perro: debilitamiento del sistema inmunitario, aumento de la frecuencia cardíaca, aumento de la actividad gástrica y mayores niveles de hormonas sexuales y de la hormona antidiurética (ADH). El cuerpo de un perro libera adrenalina durante un período de entre 2 y 15 minutos una vez transcurrido el suceso. Pueden pasar días antes de que estos niveles se estabilicen, y si el perro está continuamente estresado, esta situación puede derivar en problemas de conducta y en un perro hiperactivo. Los perros con mucho estrés desarrollan a menudo problemas de salud como consecuencia de este desequilibrio en el sistema inmunitario.
Un perro adulto necesita alrededor de 14 horas de sueño al día; los cachorros y perros de edad avanzada necesitan aún más. Los dueños pueden pensar que sus perros están aburridos, cuando probablemente solo necesiten descansar. Es importante que nuestras mascotas descansen en una zona silenciosa y tranquila, y que tengan un lugar específico para ellos. Un perro muy estresado puede mostrar una conducta no deseada como ladrar, montar a otros perros, piernas o cojines, orinarse dentro de casa, o mostrarse continuamente agitado o hiperactivo. Un perro aburrido puede comenzar a mordisquear objetos de casa para llamar la atención del dueño.
A menudo, observamos que los perros recogidos de la calle orinan entre tres y cuatro veces más de lo normal. Esto se debe a los altos niveles de ADH, que disminuirán a medida que el perro se familiarice con el nuevo entorno y disminuyan los niveles de estrés. Un nuevo estudio también ha revelado que la frecuencia cardíaca de un perro puede aumentar de manera drástica cuando se le acerca una persona, aunque el animal no muestre ningún signo de estrés. Existe una gran variedad de productos y métodos que ayudan a los perros a relajarse y que debemos tener en cuenta a la hora de cuidar de nuestras mascotas. Debemos intentar eliminar o evitar cualquier situación estresante. A los perros les encanta olfatear, así que por qué no llevarles a dar un tranquilo paseo por el bosque en lugar de sacarlos con prisa.
Los adiestradores, que consideran el olfateo una necesidad, enseñan a los dueños a dar paseos de olfateo en los que el dueño simplemente sigue al perro, permitiéndole explorar el entorno libremente y a su ritmo. Debido a nuestro estilo de vida, esta no es una manera habitual de sacar a nuestro perro de paseo, aunque es bueno intentarlo al menos dos veces por semana para estimularlo y relajarlo mentalmente.
Son numerosos los dueños que piensan que los perros necesitan realizar mucho ejercicio físico, aunque esto no es del todo cierto. Lanzar una pelota repetidamente puede aumentar el nivel de estrés, ya que excita demasiado al perro. El dueño acabará presenciando una conducta no deseada cuando, en realidad, lo que su perro necesita es una estimulación mental más motivadora. Es más beneficioso jugar al escondite con una pelota que simplemente hacer que el perro corra detrás de ella aleatoriamente. Los productos bien elegidos, como los KONG, pueden ayudar a tranquilizar a su perro y a proporcionar esa estimulación mental, además de combatir el aburrimiento.